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Lo importante es que no se rebelen contra Dios ni tengan miedo de la gente que vive en ese territorio. Será muy fácil vencerlos, porque ellos no tienen quién los cuide. Nosotros, en cambio, contamos con la ayuda de nuestro Dios. ¡No tengan miedo!»

10 Pero la gente no les hizo caso; por el contrario, querían apedrearlos.

Dios castiga a los israelitas

Entonces Dios se apareció con toda su gloria en el santuario, delante de todos los israelitas, 11 y le dijo a Moisés:

—¿Hasta cuándo este pueblo seguirá creyendo que yo no soy importante ni tengo poder? Ya he hecho tantos milagros delante de ellos, ¿y todavía no creen en mí?

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